Recupero hoy una de las secciones que más me gustan del blog, “Nunca hay suficientes dados”. Es una excusa tan buena como cualquier otra para comprar más dados, aunque desde que terminamos de jugar la última partida de Star Wars D20 y con la incertidumbre que rodea mi futuro laboral llevo varios meses sin hacerlos rodar en la mesa.
En esta ocasión os mostraré uno de mis juegos de dados favoritos, el Runic blue de la marca polaca Q-workshop.
Este juego fue un regalo de, nada más y nada menos, mi madre. Aaaah, qué lejos queda ya cuando la idea de que jugara al rol le parecía peligrosa. Cuánto daño hicieron (y siguen haciendo a día de hoy) los medios de comunicación con las aficiones más incomprendidas o menos comunes. Fue un regalo genial, no tanto por el objeto en sí como por lo que simbolizó.
Los dados de la línea Runic cuentan como principal característica el estar grabados con motivos rúnicos para que, según la web de Q-Workshop, “las tiradas tengan siempre éxito”. La numeración también está grabada, complementándose perfectamente con las runas ya que simulan esa escritura en sus trazos. Es una decoración preciosa que, como contrapartida, obliga a que los números sean algo más pequeños de lo normal, especialmente en el d20; si rueda mucho, lo normal es tener que acercarse para cerciorarnos del resultado.
Si bien los números se distinguen razonablemente bien, el color del juego, un azul ni claro ni oscuro, los hace poco recomendables para mesas de juego poco iluminadas. En ambientes con una iluminación normal el contraste entre el negro de los números y el azul del dado es más que suficiente.
Los Runic blue son unos dados ideales para ser usados en juegos de ambientación fantástica, especialmente si se presten al ambiente vikingo.
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